Un grupo de adultos mayores hispanos se reunió recientemente en la Coalición Hispana de Greater Waterbury para conocer más sobre la enfermedad de Alzheimer.
Estos escucharon a María Canales impartir su charla en español. Canales, educadora comunitaria de la Asociación de Alzheimer, dijo que la enfermedad es triste y afecta no solo al paciente sino a toda la familia.
“Las familias lo mantienen en secreto, no se lo cuentan a sus vecinos y, en ocasiones, tampoco les dicen que existe a sus propios familiares”, mencionó Canales. “De hecho, pueden tener un grupo de apoyo que en efecto acabe con todos estos estigmas y, como saben, todos los problemas que ello conlleva”.
El grupo de adultos mayores prestó mucha atención a Canales mientras repasaba las señales de alarma de la enfermedad. También discutieron la importancia de educarse y tomar medidas preventivas para ayudar a quienes sufren de esta enfermedad.
Los hispanos tienen más probabilidad de desarrollar Alzheimer, la causa más común de demencia. Un estudio indica que el 14% de los hispanos y el 19% de los afroamericanos que tienen 65 años o más padecen de Alzheimer, en comparación con el 10% de los adultos mayores blancos. La Asociación de Alzheimer cita el racismo estructural, así como factores socioeconómicos y medioambientales, tales como el lugar donde vive la gente y su exposición a contaminantes nocivos.
Sol Sánchez, una residente de Waterbury de 74 años de edad, comentó que su madre y otros de sus familiares tuvieron la enfermedad. Sánchez estaba deseosa de aprender sobre las señales tempranas de Alzheimer para su prevención o para obtener asesoramiento médico en caso de que se lo diagnostiquen en algún momento.
Mi madre tuvo Alzheimer luego de cumplir los 80 años. Además, en la familia de mi esposo, su madre, las tres hermanas de su madre y uno de sus sobrinos también padecieron la enfermedad”, mencionó Sánchez. “Me siento orgullosa de haber venido a esta clase porque sé que cualquier persona puede contraer la enfermedad, hasta yo misma; pero, si conozco los síntomas, puedo aprender a manejarla”.
Juan Pérez, uno de los asistentes, compartió la historia de cómo le diagnosticaron la enfermedad hace tres años y cómo esta ha progresado lentamente.
“Me siento mal porque yo estoy solo y vivo solo”, confesó Pérez. “El médico me receta pastillas para lidiar con esto. Pero en la clase me enteré de que saldrán mejores medicamentos”.
Este año, la FDA aprobó un medicamento para tratar el Alzheimer, Leqembi, para pacientes en la fase inicial de la enfermedad.
Kristen Cusaro, portavoz de la Asociación de Alzheimer, compartió cómo en la última sesión legislativa, los legisladores de Connecticut habían escuchado testimonios de personas mientras que hacían cambios para ayudar a las familias que sufren las consecuencias de esta enfermedad.
“Así que dos cosas distintas sucedieron que nos resultaron muy útiles”, indicó Cusato. “Una fue la formación y creación de un puesto llamado coordinador de cuidados de la demencia para recopilar toda esta información de las distintas agencias. La otra tuvo que ver con educación adicional para los acompañantes a domicilio de atención directa”.
Luego del evento informativo, los adultos mayores hispanos dijeron haberse sentido mejor preparados y empoderados para ayudar a sus familias y comunidades.
Canales recalcó que es importante que las familias encuentren los recursos adecuados para aprender cómo lidiar con el Alzheimer.
“Como cultura, no estamos acostumbrados a ubicar a nuestros adultos mayores en centros para personas de edad avanzada”, subrayó Canales. “Primero hay que encontrar los recursos. El apoyo es necesario. No podemos hacerlo solos”.