A pesar de la nube de humo que vino de Canadá y que propagó la contaminación en el aire a lo largo de grandes zonas de los Estados Unidos a principios de este año, la investigación del Dr. Chen demuestra que, en la costa este, han ocurrido más reducciones de la PM2.5 asociada a las enfermedades cardiovasculares, en comparación con el oeste de los Estados Unidos donde hay un riesgo total mayor de incendios forestales.
La mala calidad del aire ha sido una gran preocupación este año en New England, pero un nuevo estudio llevado a cabo por Yale se encuentra haciendo hincapié en cómo ciertos grupos raciales han sufrido por años los impactos desproporcionados en su salud como resultado de la contaminación del aire.
Utilizando datos de 2001 a 2016, el estudio publicado en Nature Human Behavior encontró que las muertes debido a eventos cardiacos como resultado de la exposición prolongada a la materia fina particulada (PM2.5) fueron tres veces más frecuentes en personas negras que en personas blancas. Los investigadores también descubrieron que las personas hispanas que murieron en estas mismas condiciones tenían una tasa de morbilidad más alta que la tasa para personas blancas.
El Dr. Kai Chen, docente de la Escuela de Salud Pública de Yale, dice que tiene planes de estudiar esta disparidad más a fondo a nivel de vecindarios. Comentó también que, mientras tanto, el país necesita establecer políticas más equitativas para reducir la contaminación del aire para todos.
"Además de todo el buen trabajo que hemos logrado, como la Ley de Aire Limpio, que ha tenido muchísimo éxito en la reducción de la contaminación del aire en los Estados Unidos", afirmó Chen, "quizá sería necesario pensar de manera diferente para poder establecer estrategias orientadas a reducir la contaminación cada vez más".
Los hallazgos del equipo también están atados a la vulnerabilidad de la salud en general, dijo Chen. La investigación señaló que las personas negras tienen más predisposición a enfermedades cardiacas causadas por factores de salud, geográficos y sociales, así como por desigualdades en la calidad del cuidado. Las políticas antiguas como el redlining y la ubicación de las autopistas y vías de trenes también influyen en las disparidades actuales en cuanto a la contaminación del aire.
La materia fina particulada se compone de pequeñas gotitas que provienen de fuentes como las emisiones de los vehículos o las centrales eléctricas. Estas pueden causar daños al sistema cardiovascular al inhalarse, causa por la cual aspirar humo de los incendios forestales —otra fuente de PM2.5— es nocivo para la salud humana.