El gobernador Ned Lamont informó el miércoles que los dos líderes principales de la Policía Estatal de Connecticut abandonarán sus cargos en medio de una serie de investigaciones en las que se busca determinar si los agentes estatales remitieron informes falsos sobre miles de paradas por infracciones de tránsito que nunca ocurrieron.
El comisionado de la seguridad pública estatal, James Rovella, se jubilará, y el coronel Stavros Mellekas, oficial al mando de la policía estatal, también dejará el servicio, indicó Lamont.
“Me parece que después de cuatro años, uno busca un nuevo comienzo”, dijo Lamont, refiriéndose a su segundo término que comenzó en enero. “Deseaba eso mismo en muchos de mis departamentos y considero que es lo más acertado que se podía hacer [con respecto a] la seguridad pública”.
Rovella, quien en 2019 fue designado como comisionado de la agencia que supervisa a la policía estatal, será reemplazado por Ronnell Higgins.
Higgins ha trabajado para el departamento policial de Yale desde 1997.
El gobernador demócrata afirmó que Rovella y Mellekas no fueron obligados a dimitir, pero Rovella indicó el miércoles que la investigación sobre las multas sí se mencionó en su reunión con Lamont.
“Tuvimos una conversación. El tema se mencionó”, afirmó Rovella, “y ese no era el motivo principal detrás de esto”, indicó, haciendo referencia a su decisión de jubilarse.
Durante una conferencia de prensa el miércoles, Rovella se mostró conmovido con la pregunta de si le resultaba difícil abandonar su cargo. Lleva cuatro décadas trabajando para el orden público y también se desempeñó como detective de homicidios y jefe de la policía de Hartford.
“Después de 42 años... te vas desgastando”, afirmó Rovella. “Lo que les quiero decir a todos es que después de la conversación con el gobernador, me sentí más tranquilo”.
Mellekas, oficial al mando de la policía estatal, no estuvo presente en la conferencia de prensa y no estaba disponible de inmediato para comentar, según un portavoz de la policía estatal.
“Solo vi al coronel un momento el día de hoy. No sé dónde se encuentra ahora mismo”, comentó Rovella a un periodista.
Investigadores del Departamento de Justicia de los EE. UU. buscan determinar si docenas de policías estatales falsificaron información sobre paradas por infracciones de tránsito que nunca ocurrieron. También se está llevando a cabo una investigación independiente por orden de Lamont, dirigida por un ex fiscal federal.
La información en cuestión se ingresó en una base de datos que lleva un registro de la raza y el origen étnico de aquellos conductores a quienes la policía ha parado por infracciones de tránsito, conforme a una ley de Connecticut que busca prevenir la práctica de perfiles raciales.
Pero los auditores afirmaron que los datos presuntamente falsificados señalaban más bien a los conductores como blancos, lo que sesgaba las cifras de raza y etnia. Aun así, los informes continúan reflejando que los conductores negros e hispanos son objeto de paradas por infracciones de tránsito con una frecuencia desproporcionada en comparación con los conductores blancos.
En agosto, el sindicato de la policía estatal negó el voto de confianza a Rovella y Mellekas, y los acusó de no defender a los policías contra las acusaciones sobre la falsificación de datos de paradas de tránsito.
Ante la pregunta presentada el miércoles sobre si sus salidas eran un indicio de que las investigaciones sobre el escándalo de las multas afectarían de forma negativa al departamento, Lamont respondió:
"No, no prejuzgaría eso de ninguna manera". Y añadió: "Creo que el cambio solo refleja el hecho de que [después de] cuatro años ha llegado el momento de un nuevo comienzo", afirmó Lamont.
Este artículo fue actualizado. Jennifer Ahrens de Connecticut Public Radio, Patrick Skahill y The Associated Press contribuyeron a este reportaje.