Más de 400,000 familias en Connecticut están teniendo dificultad para costear sus servicios de calefacción y electricidad. Y uno de los programas creados para ayudarles no consigue satisfacer la demanda.
Operation Fuel, el fondo de combustible más antiguo del país, ha recibido una avalancha de solicitudes de asistencia con la calefacción y energía, según comenta Gannon Long, el director de programas de la organización.
“La brecha financiera entre lo que la gente puede pagar por su consumo de energía y lo que se les cobra ha aumentado en un 37% en tan solo dos años”, dijo Long.
La entidad sin fines de lucros recibió cerca de 3,500 solicitudes de asistencia energética durante el periodo de verano/otoño, que comenzó a principios de agosto y cerró la semana pasada, más de un mes antes de la fecha de cierre prevista en noviembre.
“Vimos un aumento en la demanda hace unos años”, señaló Long. “La temporada del programa solía durar cuatro meses; este año tuvimos que reducirla a dos. Y tal parece que esa es nuestra nueva normalidad”.
El aumento de solicitudes de asistencia sugiere una nueva tendencia, ya que Operation Fuel también tuvo que cerrar su periodo de solicitudes para invierno/primavera más temprano este año.
Y durante los meses de invierno y primavera, la entidad prestó ayuda a más de 10,000 familias en Connecticut, es decir, más de lo que la organización suele atender en un año.
Long entiende que la inflación, el aumento en el costo de los servicios y la invariabilidad en la asignación de fondos al Programa de asistencia energética para hogares de bajos ingresos (LIHEAP, por sus siglas en inglés) son factores que agravan las dificultades de Operation Fuel para satisfacer la demanda de asistencia energética y de calefacción.
“Creo que debemos empezar a aceptar que esta es nuestra nueva normalidad. “No importa la cantidad fondos asignados a LIHEAP en 2017 o 2018. Esas ya no son nuestras circunstancias y la cantidad no es adecuada”, Long afirmó. “Cada vez que se sobrecargue el sistema, Operation Fuel va a ver un aumento”.
Long opina que los fondos federales deben aumentarse para responder a las necesidades.
Este año se espera ver un aumento del 20%, respecto del año anterior, en el número de residentes de Connecticut que solicitan asistencia de LIHEAP, según indica Claire Coleman, asesora del consumidor y presidente de la Junta Asesora de Energía para Personas de Bajos Ingresos.
“Esto representa un gran reto con el nivel de fondos destinados a la asignación básica de LIHEAP”, Coleman precisó. “Se trata de la calefacción de hogares, combustible, electricidad, alimentos, vivienda... Las familias simplemente necesitan más ayuda para poder costear sus servicios esenciales”.