Más pacientes han demandado a la Universidad de Yale por su manejo inadecuado de los analgésicos en una clínica de fertilidad.
En 2021, una enfermera del personal se declaró culpable de robar fentanilo destinado a las pacientes que se estaban sometiendo a intervenciones quirúrgicas de fertilidad y cambiarlo por solución salina.
Ya decenas de mujeres han demandado a la universidad.
En esta nueva demanda, otras siete personas denuncian la incapacidad sistemática de Yale para proteger a los pacientes del desvío de fármacos, lo que provocó que varias mujeres se vieran privadas de analgésicos durante procedimientos de fertilidad invasivos.
“Nadie de mi equipo clínico ni de la administración de Yale... se comunicó conmigo para informarme sobre esto”, dijo en un comunicado Kaitlin O’Connor, una de las denunciantes en la nueva demanda contra la clínica de Endocrinología Reproductiva e Infertilidad de Yale.
“Me sentí traicionada”, afirmó.
Los abogados de las demandantes alegan que Yale, en un intento de ganar tiempo ante futuras demandas, no notificó a los pacientes de su centro en Long Wharf que había descubierto irregularidades. Las demandantes aseguran que no se enteraron del presunto motivo de su dolor hasta que se publicó un podcast sobre el desvío.
Pero Yale asevera que las denuncias más recientes —que las demandantes aseguran apuntan a un periodo de tiempo previo al momento en que la enfermera admitió haber cometido el delito— no coinciden con los hallazgos de una investigación federal sobre estos desvíos de opioides.
“El Departamento de Justicia llevó a cabo una investigación exhaustiva de las acciones de la ex enfermera”, declaró un portavoz de la universidad por medio de correo electrónico. “El departamento concluyó que los desvíos ocurrieron específicamente desde junio hasta octubre de 2020”.
Según la Universidad de Yale, al conocerse los robos de fentanilo, su personal se comunicó con la policía, la enfermera en cuestión (Donna Monticone) fue despedida y se notificó a los pacientes afectados.
“Desde entonces, hemos adoptado medidas adicionales para garantizar que contamos con los procesos, procedimientos y protecciones adecuados”, señala el comunicado.
En octubre de 2022, la Universidad de Yale, en nombre de Yale Medicine y Yale Fertility Center, accedió a pagar $308,000 para resolver las acusaciones de violaciones a la Ley de Sustancias Controladas.
Las personas que presentan la demanda más reciente cuentan que descubrieron lo que supuestamente les ocurrió al escuchar el nuevo podcast The Retrievals, que capturó las experiencias de mujeres que acudieron a Yale para recibir tratamientos de fertilidad y se sometieron a procedimientos invasivos sin alivio alguno para el dolor.
La Dra. Liza Goldman Huertas, especialista en lactancia de Stratford, CT, afirma que, aparte del caso de Yale, existe un problema sistémico de desatención a las mujeres que sufren de dolor.
“Estas mujeres estaban buscando servicios de fertilidad. Lo que les ocurrió también puede verse en el contexto de cómo atendemos a las madres”, explicó.
Huertas asegura que a menudo las experiencias médicas traumáticas ocurren porque se espera que las mujeres aguanten el dolor.
Pero si no se trata, el dolor posparto puede perjudicar la lactancia y es un factor de riesgo de depresión materna.
“Ellas nos cuentan que tienen dolor por la lactancia, pero podrían estar sufriendo una lesión horrible”, la doctora comentó.
Según ella, las clínicas de salud a nivel nacional deben asegurarse de no normalizar el dolor en las mujeres.
“Esto también responde a ciertas ideas culturales de que es inevitable sufrir algo de dolor”, dijo, “y que eso... no es importante, o que los detalles no son importantes”.