Durante el verano, las lluvias torrenciales ocasionaron problemas que se extendieron por toda la región — cosechas arruinadas, carreteras dañadas y casas inundadas.
No obstante, existe otra consecuencia que a menudo pasa desapercibida. Y es que toda el agua de lluvia que llega al suelo hace que los pozos privados se contaminen.
Según Mike Dietz, educador de un programa de extensión en UConn y director del Connecticut Institute of Water Resources, el programa de extensión para el análisis de agua que se estableció en septiembre de 2022 observó un mayor número de pozos contaminados con bacterias coliformes este verano.
La mitad de las muestras de agua analizadas en el laboratorio este verano resultaron positivas a la presencia de coliformes totales, en comparación con el 30% registrado en los meses anteriores, según Dietz. Es preocupante, ya que los miles de pozos privados de Connecticut están menos regulados que el agua municipal.
“Cualquier proveedor público de agua tiene la obligación de realizar análisis frecuentes y de cumplir con todos los requisitos de la Ley de Agua Potable Segura de la EPA”, explicó Dietz. “Los dueños de pozos privados solo tienen obligación de hacerlo cuando al instalar el pozo. La responsabilidad recae en el propietario de cada pozo”.
Los coliformes en sí no son peligrosos, pero pueden ser indicativos de la presencia de otras bacterias procedentes de aguas subterráneas poco profundas que se filtran a pozos residenciales, como la E. coli, que es perjudicial a la salud.
Según el Departamento de Salud Pública de Connecticut, aproximadamente uno de cada cuatro residentes en el estado depende de pozos privados. Actualmente, la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) no regula los pozos privados ni establece criterios recomendados. Además, el estado no exige que los dueños de viviendas en Connecticut realicen análisis anuales en sus pozos. Por esta razón, los análisis de agua no se realizan con la frecuencia adecuada.
Dietz dijo que los residentes deben realizar análisis de agua cada uno o dos años, y la EPA recomienda realizarlos si hay inundaciones en la zona.
Los pozos con resultados positivos de coliformes se desinfectan por lo general con cloro, un proceso que tarda al menos una semana en completarse. Luego, el laboratorio vuelve a analizar el agua para asegurarse de que es segura. Los especialistas en salud recomiendan utilizar agua embotellada para tomar y para cocinar alimentos hasta que el problema se resuelva.
Dietz señala que este nuevo programa de análisis de agua de UConn no cuenta con un registro a largo plazo para comparar datos. El Departamento de Salud Pública del estado no respondió inmediatamente a las preguntas sobre cómo el aumento de bacterias pudo haber afectado a los residentes este año, o en años anteriores en los que se registraron muchas lluvias.
Con los pronósticos de que el cambio climático continuará provocando tormentas más grandes y de mayor intensidad, el exceso de lluvia representa un mayor riesgo para la calidad del agua en las zonas rurales.
“Cuando llueve mucho, como ocurrió este verano, ese exceso de lluvia llega a las aguas subterráneas poco profundas y puede cambiar la forma en que éstas se mueven y llegan al pozo”, explica Dietz.
Añadió también que su equipo espera poder extender el programa financiado por subvenciones para poder detectar más contaminantes y seguir ofreciendo los análisis de agua a un bajo costo para los residentes.
Para información sobre laboratorios certificados y análisis de agua, consulta las publicaciones en línea de los departamentos de salud locales y estatales.