La representante estadounidense Rosa DeLauro ha sido una ferviente defensora del crédito tributario por hijos ampliado, que sacó de la pobreza a millones de niños durante su vigencia en 2021.
Desde que cesaron los pagos mensuales, la representante DeLauro, del 3er distrito congresional de Connecticut, y otros legisladores demócratas han intentado —en vano— conseguir que el Congreso restituya las ampliaciones para las familias de bajos ingresos durante los últimos dos años. DeLauro ha calificado el crédito tributario por hijos como un “antídoto para la inflación”, con la observación de que las familias elegibles lo usaban para ayudar a sufragar gastos como la comida, el alquiler y el cuido de niños.
Pero las primeras negociaciones de 2024 abren la puerta a un posible acuerdo bipartidista. Estas han incluido la restitución de deducciones fiscales comerciales de la era de Trump por inversión doméstica en investigación y desarrollo y gastos de intereses a cambio de la ampliación del crédito tributario por hijos, al menos en alguna forma. Estos asuntos ya han recibido cierto nivel de apoyo en ambos partidos.
Sin embargo, DeLauro plantea serias preocupaciones sobre el paquete fiscal, que a su entender contendría una versión diluida de lo que se implementó bajo la Ley del Plan de Rescate Estadounidense. La representante afirmó que no apoyará un acuerdo que no iguale las cantidades de 2021, especialmente si se destinan más fondos a exenciones fiscales para empresas.
“Este paquete no parece ser equitativo entre las empresas y las familias”, dijo DeLauro en una entrevista. “En este momento, parece que la tendencia es a favor de las empresas”.
“Necesitamos extender el crédito tributario por hijos mensual ampliado como lo conocimos, como estuvo establecido, que tuvo éxito”, añadió. “No hay razón para que tratemos de transigir”.
En 2021, los demócratas aprobaron una ampliación del crédito tributario por hijos a través del Plan de Rescate Estadounidense, pero esta caducó a finales del mismo año. La ampliación aumentaba la cantidad de reembolso a $3,600 por niño menor de 6 años y $3,000 por niño de 6 a 18 años de edad. Según el Tesoro de EE. UU., 583,000 niños en Connecticut cumplían los requisitos para recibir estos pagos en diciembre de 2021.
Quienes reunían los requisitos para recibir la cantidad máxima eran parejas trabajadoras con ingresos de hasta $150,000 o jefes de familia solteros con ingresos de hasta $112,500. La ley de 2021 hizo unos cambios provisionales para que las familias recibieran pagos mensuales en lugar de recibir el crédito completo en un solo pago al declarar sus impuestos.
Aunque los pagos de este crédito tributario por hijos federal ampliado no se extendieron al 2022, el estado de Connecticut dispuso de su propio reembolso. Más del 70% de los hogares elegibles solicitaron el crédito tributario de $250 por hijo.
Actualmente, el crédito tributario federal es de $2,000 por hijo menor de 17 años, aunque no es totalmente reembolsable. Además, algunas familias no tienen acceso al crédito completo porque ganan muy poco y no tienen que pagar impuestos sobre ingresos. Las personas que no reciben el beneficio completo son principalmente familias de color.
Desde entonces, el índice de pobreza infantil ha repuntado —según los expertos, como consecuencia directa del fin de la ampliación. La organización independiente Center on Budget and Policy Priorities (CBPP) señaló que este índice se redujo a un 5.2% en 2021, y que también disminuyó el impacto desigual en niños negros y latinos. Pero en 2022, el índice de pobreza infantil ascendió a un 12.4%.
DeLauro y otros demócratas que se oponen a la propuesta —a partir de lo que se ha dado a conocer por conversaciones sobre el proyecto aún sin terminar— sostienen que, tal y como está planteada, supondría mayores ventajas fiscales para las empresas que para las familias.
Un análisis de la propuesta publicado por CBPP la semana pasada indica que esta probablemente sacaría de la pobreza a unos 400,000 niños y ayudaría a otros 3 millones en el primer año tras su aprobación. La organización independiente también concluyó que sería de ayuda para el 80% de los 19 millones de niños que reciben un crédito parcial o que simplemente no reúnen los requisitos porque su ingreso familiar es demasiado bajo.
“Los acuerdos fiscales bipartidistas son difíciles de elaborar y no suelen dejar a nadie completamente satisfecho”, indicó Sharon Parrott, presidenta de CBPP, en un comunicado. “Pero en 2022, el número de niños en estado de pobreza aumentó 5 millones, por lo que es esencial comenzar a revertir esta tendencia y lograr una disminución en la pobreza infantil”.
El senador estadounidense Ron Wyden (D-OR), presidente del Comité de Finanzas del Senado y el representante Jason Smith (R-MO), presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara, están colaborando para finalizar el paquete fiscal bipartidista, que podría ascender a los $70 mil millones y extender algunas exenciones fiscales por unos años. Para financiar la propuesta, los legisladores están considerando poner fin a un crédito fiscal por retención de empleados que data de la época de la pandemia y que ha sido objeto de críticas por estar plagado de casos de fraude.
Aún no se han concretado los detalles ni otras medidas prioritarias que se incluirán en el acuerdo. Y todavía quedan algunos asuntos sin resolver: cuánto recibirían las familias con el crédito ampliado y por cuánto tiempo, o si los créditos volverán a ser totalmente reembolsables de modo que las personas que no suelen ser elegibles puedan beneficiarse.
Pero es improbable que un acuerdo reproduzca fielmente la estructura del crédito tributario por hijos de 2021. Aunque algunas familias de bajos ingresos con más de un hijo se beneficiarían más que ahora, muchas otras seguirían quedando excluidas.
No hay un plazo concreto para llegar a un acuerdo, pero el objetivo es lograr una solución para finales del mes, antes de que empiece la temporada de declaración de impuestos.
“Queremos reducir al máximo la pobreza infantil”, explicó Wyden a los medios la semana pasada. “Queremos ayudar al mayor número posible de familias, y estamos comprometidos a conseguirlo antes del 29 de enero”.
El posible acuerdo ha encontrado cierta resistencia entre los demócratas, y algunos republicanos, de la Cámara de Representantes. Y esto sucede justo cuando el Congreso intenta evitar un cierre parcial el próximo viernes mediante la aprobación de otro proyecto de ley para financiar al gobierno federal y mantenerlo en funcionamiento hasta marzo.
El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries (D-NY), no precisó si apoyaría un acuerdo bipartidista pero reiteró un mensaje similar al expresado por demócratas como DeLauro: que cualquier ampliación del crédito tributario por hijos debería ser similar a su estructura de 2021.
“Para que un acuerdo fiscal reciba el apoyo masivo de los demócratas de la Cámara, debe incluir un financiamiento sólido para el crédito tributario por hijos”, recalcó Jeffries. “Creo que es importante que cualquier acuerdo fiscal logrado con apoyo bipartidista contemple la financiación plena del crédito tributario por hijos, de forma similar a lo que se hizo en el Plan de Rescate Estadounidense”.
Por otro lado, los republicanos han dicho que no es probable que apoyen un retorno a la forma en que se estructuró la ampliación del crédito tributario por hijos en 2021. Pero el senador Mike Crapo (R-ID), quien es el republicano de mayor rango en el Comité de Finanzas del Senado, sonó confiado cuando le indicó a NBC que está “totalmente dedicado a tratar de encontrar una solución a las políticas fiscales”.
Otros miembros de la delegación congresional de Connecticut se muestran mucho más receptivos al acuerdo para empresas y familias.
El representante John Larson (D-CT 1er distrito), quien forma parte del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara, reconoció la preocupación de algunos de sus compañeros de partido por el aumento de los fondos destinados a las empresas. Aun así, consideró que se trata de una situación en la que todos salen ganando y dijo que votaría a favor de dicho acuerdo.
“Entiendo las preocupaciones planteadas por [las representantes] Susan Del Bene y Rosa DeLauro, de nuestro propio estado”, dijo Larson. “No veo motivo alguno para que esto no se pueda resolver todavía. Creo que sería un buen equilibrio”.
“Esto debería ser un jonrón para ambas partes. Por muy partidario que sea de la I+D”, indicó Larson en alusión a los créditos fiscales para empresas por investigación y desarrollo, “me parece que es un equilibrio justo”.
Pero en un Congreso dividido, es difícil predecir la suerte que correrá cualquier acuerdo. Los legisladores aún se encuentran trabajando para financiar el gobierno federal dentro de unos plazos muy ajustados, a la vez que intentan negociar otro acuerdo sobre las ayudas a Ucrania e Israel a cambio de políticas fronterizas que podrían imponer ciertas restricciones a la inmigración.
No está garantizado que un acuerdo obtenga suficiente apoyo de cualquiera de los partidos en ambas cámaras. Aun así, a los legisladores les resulta cada vez más difícil llegar a acuerdos, especialmente en un año de elecciones presidenciales, que es cuando el Congreso evita la mayoría de los proyectos que no son de aprobación obligatoria.
No obstante, según DeLauro, su preocupación es que, a cambio de una ampliación mínima al crédito tributario por hijos, los republicanos tratarán de perpetuar las exenciones fiscales para empresas en 2025, cuando la composición de poderes en el Congreso y en la Casa Blanca podría ser distinta.
“Supongo que me he cansado un poco de escuchar que deberíamos ‘aceptar que se conceda cierta equidad a las familias y a los niños para poder compensar a las empresas”, confesó DeLauro. “En lo personal, no estoy dispuesta a aceptarlo”.
El cargo de periodista de política federal de Connecticut Mirror/Connecticut Public Radio es posible, en parte, gracias al financiamiento de la Robert and Margaret Patricelli Family Foundation y Engage CT.
Este artículo fue publicado originalmente por Connecticut Mirror.