El pasado lunes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron nuevos anuncios para animar a las personas a dejar de fumar.
“Como adolescente gay en busca de mi identidad, me refugié en los cigarrillos”, dice “Angie P.” de Cincinnati en uno de los anuncios de los CDC.
“Me afectó. He cantado desde que tenía tres años”, Angie expresó en una entrevista con Connecticut Public, donde habló sobre sus antecedentes médicos y pidió que no utilizáramos su nombre completo. “Yo cantaba, ya sabes, en coros de góspel, en bandas de rhythm & blues e incluso trabajé un tiempo en Las Vegas. Pero no podía alcanzar las notas que me caracterizaban, y entonces supe que me había perjudicado”.
Angie, de 62 años de edad, dijo que dejó de fumar en sus cuarenta. Su experiencia con los cigarrillos mentolados, que pueden alterar la forma en que el cerebro registra las sensaciones de sabor y dolor, no es nada excepcional.
El mentol, un ingrediente que se agrega a los cigarrillos, contribuye a que sea más fácil empezar a fumar y más difícil dejar de hacerlo debido a sus “propiedades antianalgésicas y refrescantes”, comenta Kristy Marynak, asesora de la Oficina de Tabaquismo y Salud de los CDC.
Los cigarrillos tienen “un olor y aroma a menta que facilita una inhalación más profunda y ... disimula el sabor amargo del humo de cigarrillo”, destacó Marynak.
Los CDC informan que actualmente, cerca de uno de cada diez adultos en Connecticut fuma cigarrillos.
Muchos, como Angie, empiezan desde jóvenes. Ella tenía 15 años cuando comenzó a fumar.
“Antes existían unos cigarrillos de azúcar que podías soplar y algo salía por el otro extremo”, Angie recordó. “Y, bueno, el empaque de los cigarrillos que mi mamá fumaba me llamaba la atención. Y también me llamó la atención porque mi madre era hermosa. Y si ella lo hacía, estaba bien”.
Los jóvenes, los grupos de minorías raciales y étnicas y las personas LGBTQ+ tienen más probabilidad de fumar cigarrillos mentolados que otros grupos, afirman los CDC. La agencia señaló que también es más probable que los utilicen mujeres, personas de bajos ingresos y personas con problemas de salud mental.
Los CDC han observado que las compañías de tabaco dirigen esfuerzos de mercadeo intensos especialmente hacia personas de raza negra o afroamericana.
Si los cigarrillos mentolados dejaran de existir, los CDC estiman que 8,200 de los adultos que todavía fuman en Connecticut dejarían de fumar.
La agencia exhorta a las personas a dejar de fumar llamando al 1-800-QUIT-NOW.