El mes pasado, en un día soleado, Leticia Colon de Mejias se relajaba en la cubierta de un barco en las aguas de Puerto Rico, su brazo conectado a una infusión intravenosa.
“Esto de morirse es horrible”, dijo en una conversación telefónica desde el barco. “Me dicen que me estoy muriendo, pero eso no me interesa. Morirse es muy aburrido. Uno tiene que quedarse quieto. Lo que me interesa es vivir”.
Colon de Mejias tiene un trastorno autoinmunitario. Cuando los médicos le dijeron que estaba demasiado enferma para abandonar el hospital, no hizo caso.
Le había prometido a su hija Nya que la llevaría a Puerto Rico para celebrar su quinceañero.
“Pregunté si me podía llevar la bolsa de suero de vacaciones, y me dijeron: ‘Sí, por $5,000’”.
“Pues vamos”, contestó.
Al poco tiempo, ya estaba con su familia y un gran bolso lleno de su medicación intravenosa en el barco de un amigo en Puerto Rico.
Seguir el camino que entiende correcto y no prestar atención a lo demás es el eje central de la trayectoria de Colon de Mejias que la ha llevado a convertirse en autora, experta en eficiencia energética, empresaria, directora ejecutiva y defensora de los clientes de servicios públicos de Connecticut, especialmente de las personas de color y de ingresos bajos o moderados.
En sus propias palabras, ella es “una guerrera por el pueblo y el planeta”.
Es parte de una lección que aprendió a los 10 años, cuando su padre puertorriqueño le enseñó a enfrentarse al miedo y a caminar sobre el fuego.
“Lo hacemos porque creemos que el fuego quema las impurezas y nos recuerda que somos fuertes”, comenta. “Y que nadie puede detenernos. Si queremos algo, vamos y lo conseguimos”.
Así que cuando le dijeron hace unos años que no podía crear su empresa Energy Efficiency Solutions —“eres una chica y no sabes nada del tema”—, no hizo caso. La empresa, que se dedica a rehabilitar casas y apartamentos y suministra burletes y aislante para ayudar a reducir los costos energéticos, abrió sus puertas en 2010.
Cuando le dijeron que nunca conseguiría el dinero para crear un programa de formación laboral, lo consiguió. Hace 3 años, lanzó el programa M=Power de Efficiency for All, que brinda los conocimientos necesarios para realizar trabajos energéticamente eficientes.
Y cuando le dijeron que no podía fundar una organización sin fines de lucro porque no tenía un título universitario.
“La fundé”.
La organización Green Eco-Warriors educa a niños y familias sobre la sostenibilidad, mientras que Efficiency For All es un grupo de contratistas de eficiencia energética y defensores del medioambiente.
Donde otros ven escollos, ella ve el camino.
Defensora tenaz e incansable
Además de su trastorno autoinmunitario, Colon de Mejias ha padecido cuatro tipos de cáncer desde los 10 años de edad.
Las enfermedades han dado a su labor un sentido de urgencia, una intensidad y una determinación formidables que la impulsan al éxito.
“Nunca se sabe cuándo voy a faltar”, confesó. “Me preocupa tanto que no pueda hacer lo que estaba destinada a hacer, o dejar algo sin hacer y que nadie se haga cargo, y luego me siento tan mal”.
Sus colegas y otros defensores dicen que ella ha contribuido significativamente al campo de la conservación energética y mediante su lucha por los residentes de ingresos bajos y moderados.
“No hay casi nadie en Connecticut que no haya sentido el efecto del trabajo de Leticia de alguna manera, aunque no lo sepa”, aseveró Samantha Dynowski, directora estatal del capítulo de Connecticut de Sierra Club. “Si alguna vez te han hecho una auditoría de eficiencia energética, has conocido indirectamente la obra de Leticia”.
Colon de Mejias es la defensora a quien “más presta atención la gente”, afirmó Melissa Kops, arquitecta de proyectos de la ciudad de New Haven y conferenciante en Yale.
“Ella se hace oír”, relató Kops. “Es determinada y apasionada, y creo que Connecticut es sin duda la parte beneficiada”.
Colon de Mejias reconoció las barreras que muchas familias de bajos ingresos enfrentan al tratar de recibir asistencia del Fondo de Eficiencia Energética del estado.
“Ella fue quien denunció esto ante los grupos ecologistas más tradicionales”, señaló Tom Swan, director ejecutivo del Grupo de Acción Ciudadana de Connecticut (CCAG, por sus siglas en inglés). “Expuso con argumentos sólidos que la gente que ocupa estas viviendas abona a estos fondos a través de sus facturas de electricidad y luego no tiene acceso a ellos. Estos fondos solían destinarse predominantemente a la población blanca en los suburbios. Y las personas que no tenían acceso eran, por muchas razones, quienes más lo necesitaban”.
Swan nos contó que Colon de Mejias, con la ayuda de Sierra Club, el CCAG y otros grupos, trabajó para conseguir que se aprobara la legislación que llevó al lanzamiento de un programa de $12 millones que realiza las reparaciones necesarias a las viviendas para que se pueda proceder con la labor de climatización.
El Departamento de Energía y Protección Ambiental de Connecticut ha anunciado que se propone financiar la reparación de más de 600 viviendas para finales de 2025.
Algunos dicen que la defensa de Colon de Mejias ha sido tan intensa que puede resultar irritante.
Swan describió a Colon de Mejias como “alguien que entiende que para hacer una tortilla, hay que romper algunos huevos. ... Ella lucha arduamente. 'Tenaz', esa es la palabra”.
Colon de Mejias dijo que “acepta ser una guerrera”.
“No me importa si les caigo bien. Voy a hacer lo correcto siempre, estén de acuerdo o no”, afirmó.
Una película cambió su vida
Colon de Mejias, de 47 años de edad, nació en Hartford y se graduó de la escuela superior de East Windsor, pero se mudó varias veces en su niñez.
Trabajó en Hartford HealthCare, en investigación y relaciones gubernamentales y comunitarias. Entonces, en 2008, vio una película que le cambió la vida: “Kilowatt Ours”, un documental de Jeff Barrie sobre el efecto de los hábitos personales en el consumo energético.
Ella no había pensado en cómo sus decisiones personales afectaban el medioambiente y la salud y seguridad de la sociedad. La película lo cambió todo.
“Estaba disfrutando de mucho éxito, pero ¿de qué sirve el dinero? Si estás muerto, no puedes beber agua, no puedes comer, no puedes respirar”, dijo. “Todo ese dinero no sirve para nada”.
Renunció a su trabajo y “empezó a cambiar el mundo”.
Como madre de 7 niños, se percató de que era necesario educar a las familias y a sus hijos sobre la energía, por lo que creó la campaña Switch it Off para recordarle al público que apague sus televisores, computadoras o teléfonos y sustituya “ver por hacer”.
En su propio hogar, esto significó reemplazar la televisión por libros y actividades científicas. Green Eco-Warriors, su organización sin fines de lucro, se dedica a ayudar a educar a los niños y las comunidades sobre el medioambiente.
Colon de Mejias ha escrito libros y cómics infantiles sobre temas ambientales, tales como Pesky Plastic, un libro sobre el riesgo que corren los animales marinos al ingerir desechos plásticos en el océano.
Ha regalado más de 40,000 de sus libros y cómics sobre energía verde a escuelas de Connecticut y otros estados.
Ha testificado ante el Congreso sobre cómo fomentar las iniciativas de energía limpia.
Declaró que había fundado Energy Efficiency Solutions en parte para ayudar a reducir el impacto del cambio climático en comunidades marginadas y con escasa representación.
“Quería asegurarme de que las comunidades minoritarias y en las que yo vivía y trabajaba contaran con el apoyo para reducir inmediatamente su consumo y costos energéticos, los niveles de contaminación energética y las emisiones de carbono”, explicó.
Aunque tiene problemas graves de salud, Colon de Mejias no ha dado muestras de que su ritmo frenético vaya a disminuir.
Actualmente está trabajando en la preparación de un centro comunitario en Windsor que ofrecerá clases, masajes y servicios tales como Reiki, una técnica de sanación.
El mes pasado, hubo un día en que estaba dando instrucciones a los trabajadores que están preparando el centro a la misma vez que hablaba con un periodista por teléfono.
“Puedes hacerme tus preguntas”, dijo, mientras también consultaba a un trabajador sobre los planes para los colores de pintura. “Siempre estoy haciendo varias cosas a la vez. ¡Vamos, pregunta!”
Este artículo se publicó originalmente en Windsor Journal.