La sargento de policía Adriana Molina comparte que muchos residentes de Stamford la llaman por su nombre cuando contactan a la policía en busca de ayuda, sobre todo en situaciones de crisis de salud mental.
“Se trata simplemente de escucharles, oír lo que tienen que decir, hacer que se sientan validados”, dijo Molina.
Molina encabeza la unidad de salud conductual del departamento de la policía, la cual facilita el acceso de los residentes a recursos de salud mental. Gracias a su cargo, Molina ha forjado vínculos profundos y duraderos con la comunidad latina de la ciudad, muchos de los cuales desconfían de la policía desde que vivían en sus países de origen.
Molina, quien creció en Colombia, afirmó que su origen le ha facilitado establecer conexiones basadas en la confianza y la capacidad de sentirse identificados. Molina también destacó que poder alcanzar a este sector de la población ha contribuido a romper tabúes culturales sobre las enfermedades mentales.
“Tuve la gran bendición de no solo hablar [el idioma], sino también entender la cultura”, expresó Molina.
La unidad de salud conductual, integrada por oficiales de la policía y trabajadores sociales, atiende llamadas de personas que están experimentando crisis de salud mental.
La unidad fue establecida en 2020 a raíz de las protestas contra casos de alta brutalidad policial, como la muerte de George Floyd. Esta unidad capacita a los oficiales de la policía en técnicas de mitigación. Poco después, le pidieron a Molina que liderara la unidad.
La sargento mencionó que es consciente de que poder brindar ayuda a las personas dependerá de las prácticas culturales, especialmente en la creciente comunidad latina de la ciudad. Según la Oficina del Censo, los latinos componen casi el 30% de la población de la ciudad.
Molina comenzó su carrera como oficial de la policía asistiendo a hispanohablantes víctimas de agresión.
Confirmó que hablar español es una ventaja, pero tener un profundo entendimiento de los tabúes culturales sobre las enfermedades mentales ayuda aún más.
“Creo que es importante reconocer que existe una diferencia cultural y de creencias”, dijo.
Según el gobierno federal, muchos latinos tienen menos probabilidades de acceder a servicios de salud mental debido a una combinación de factores que van desde la falta de recursos hasta las actitudes culturales en torno a las enfermedades mentales.
Molina señaló que, con frecuencia, las enfermedades mentales dentro de la comunidad latina se interpretan como una debilidad, o como resultado de “brujería”, un concepto ampliamente utilizado en América Latina.
También mencionó que ella aborda la salud mental elogiando a las personas que tienen la valentía de reconocer que no se sienten bien.
“Buscar ayuda no es sinónimo de debilidad. Buscar ayuda es lo que te convierte en un guerrero”, afirmó.
Molina no es simplemente una defensora de la salud mental. Muchos latinos de la ciudad continúan relacionándose con la sargento debido a la confianza que le tienen.
La sargento compartió un video con Connecticut Public, en el cual un grupo de obreros locales la felicitaba por haber sido galardonada recientemente como “Ciudadana del Año” en Stamford, siendo la primera oficial de la policía en recibir este honor, y posiblemente, la primera latina.
El premio, establecido por primera vez en 1945, es patrocinado por The Fred Robbins Post 142 y los Veteranos de Guerra Judíos de los EE.UU. También otorga becas a estudiantes de secundaria.
Jami Sherwood, quien también obtuvo este reconocimiento hace unos años, ahora trabaja como coordinadora del programa del premio al “Ciudadano del Año” en Stamford. Sherwood dijo que el premio se concede a personas que demuestran pasión por servir a su comunidad.
“Esto es algo evidente, especialmente en alguien como la sargento Molina”, comentó Sherwood.