Cuando llegó a Connecticut, Johnne Alberto Núñez buscaba oportunidades económicas y una solución para lograr reunir a su familia.
Su hija, Rosa Isabel Núñez Villanueva, una joven de 28 años de Lima, Perú, nos contó que la familia estaba decidida a buscar mejores oportunidades en los Estados Unidos.
Núñez Palomino y su hijo cruzaron la frontera entre EE. UU. y México y llegaron a Connecticut en marzo de 2023.
Casi un año después, en el día de San Valentín de 2024, falleció.
La muerte de Núñez Palomino ha suscitado debates sobre el acceso de las poblaciones vulnerables a los servicios médicos y ha visibilizado las dificultades que enfrentan los inmigrantes indocumentados para obtener una atención adecuada.
Enfermo y trabajando
Aunque tenía dolor de cabeza, Núñez Palomino asistió a su trabajo en un restaurante de West Hartford. Tenía la esperanza de poder salir temprano.
“Mi padre pidió permiso, pero se lo denegaron, a pesar de ver que no estaba bien”, dijo Núñez Villanueva.
Añadió que su padre volvió a casa abatido. A la mañana siguiente, lo encontró inconsciente.
El personal de respuesta lo trasladó al hospital St. Francis, donde los médicos declararon su muerte por paro cardiaco. La noticia dejó a la familia desolada y con muchas interrogantes sobre las últimas horas de trabajo del patriarca.
“[Mi padre] me informó que no le habían permitido tomar su tiempo de almuerzo ni de descanso”, dijo Núñez Villanueva.
El gerente del restaurante indicó a Connecticut Public que no comentaría sobre las acusaciones de la familia y que remitiría la consulta al departamento de recursos humanos. Sin embargo, comentó que Núñez Palomino era una buena persona y un buen trabajador.
Núñez Villanueva aseguró que el restaurante se aprovechó de su padre.
“Cuando se es inmigrante, uno tiene miedo de perder el trabajo”, ella explicó. “Definitivamente no fueron considerados con mi papá”.
El personal indocumentado se siente bajo amenaza
Maly Rosado, miembro del Concejo Municipal de Hartford, afirmó que las personas indocumentadas enfrentan distintos retos en su trabajo y en el sistema de salud.
Rosado comentó que conoce historias preocupantes de patronos que han amenazado a los empleados que se quejan de sus condiciones laborales con denunciarlos a las autoridades de inmigración.
“He hablado con trabajadores indocumentados que me cuentan que los han amenazado con llamar a ICE”, dijo Rosado. “Pero las personas que son ciudadanos ni siquiera se percatan de que otros seres humanos están pasando por esto todos los días”.
Rosado señala la presión cada vez mayor para que los patronos asuman responsabilidad por su trato a los trabajadores indocumentados.
“Saben que trabajan por menos dinero, así que los explotan”, Rosado señaló.
La muerte de Núñez Palomino también suscitó preocupación por las barreras lingüísticas en el sector de salud.
El Dr. Luis Diez-Morales, director médico y vicepresidente ejecutivo del Consejo Hispano de Salud de Hartford, reconoce estas barreras. Destacó la importancia de poder hablar una lengua materna para comunicar con precisión los síntomas y recibir atención médica a tiempo.
“Mi primer idioma es el español, y tengo muy presente que, si traducimos o utilizamos un traductor para describir nuestros síntomas, puede que no se comuniquen correctamente”, Diez-Morales explicó. “Creo que el idioma es una barrera importante para nuestra población inmigrante de habla hispana”.
Señaló que las barreras lingüísticas pueden dificultar la comunicación entre los pacientes, sus familias y los proveedores de salud, lo que podría postergar el diagnóstico y tratamiento.
El Consejo Hispano de Salud se ha comprometido a ayudar a sufragar los gastos fúnebres y de cremación de la familia Núñez y a ponerlos en contacto con servicios comunitarios y de salud.
En busca de ayuda
Elvis Tuesta, cónsul del Perú en Hartford, informó que el consulado está asistiendo a la familia en la gestión administrativa de los documentos de defunción de Núñez Palomino.
“Nuestro presupuesto es limitado. La familia comunicó la voluntad de su padre de ser cremado”, dijo Tuesta. “Estamos tramitando la documentación con el Ministerio de Relaciones Exteriores conforme a su petición”.
Pero el proceso podría prolongarse debido a los requisitos de documentación y evaluación que solicita el gobierno peruano.
Con su muerte, Núñez Palomino dejó en el Perú a su esposa, a quien esperaba traer algún día a Connecticut.
Mientras tanto, la familia lanzó una campaña de GoFundMe para hacer frente a los gastos fúnebres y obligaciones financieras.
A pesar de las dificultades, la familia se mantiene fuerte.
Rosa Isabel Núñez Villanueva dijo que está decidida a honrar la memoria de su padre en su lucha por un futuro mejor para ella y su familia.
“Perseveraremos, como mi papá siempre nos animaba a hacer, con fe y paciencia. Nuestra determinación continúa firme en el empeño por reunir a nuestra familia, tal como él deseaba”, expresó Núñez Villanueva.
“Por encima de cualquier obstáculo, nuestro compromiso es hacer realidad sus sueños...aunque tome tiempo”.