Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:
- Se usa una captura de pantalla de una imagen de la Cruz Roja de Estados Unidos para decir que los vacunados contra el COVID-19 no pueden donar sangre y que “la sangre de los vacunados es peligrosa”, pero es una desinformación.
- La Cruz Roja de Estados Unidos explica a Factchequeado que sí acepta la sangre de las personas vacunadas contra el COVID-19 y que sus donaciones “son seguras para transfusiones”.
- La FDA, encargada del control de medicamentos, permite donar sangre sin período de espera después de recibir la vacuna contra el COVID-19, siempre que no tengas síntomas y la vacuna que te pusiste esté aprobada para su uso en Estados Unidos.
“La Cruz Roja está ya preguntando a los donantes de sangre si se vacunaron del COVID, y al que dice que sí, le deja en espera. Traducción: la sangre de los vacunados es peligrosa”, afirma un contenido en español que se comparte junto a una captura de pantalla de la web de la Cruz Roja de Estados Unidos. Pero es una desinformación: la Cruz Roja de Estados Unidos explica a Factchequeado que sí acepta la sangre de las personas vacunadas contra el COVID-19 y que sus donaciones “son seguras para transfusiones”. También se ha compartido este contenido desinformante en inglés (como aquí y aquí) y replicado por el aspirante presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr en un tuit que tiene más de 5.5 millones de vistas.
El contenido desinformante utiliza una imagen en la que la Cruz Roja pregunta al usuario si se ha vacunado contra el COVID-19 y, en ese caso, le pide que llame a un número de teléfono para determinar su elegibilidad. Desde esta organización han explicado a Factchequeado que a quienes informan que han recibido este tipo de vacunas se les solicita el nombre del fabricante para garantizar que sea una vacuna aprobada por la FDA, encargada del control de medicamentos.
“La FDA permite a las personas donar sangre sin período de espera después de recibir la vacuna contra el COVID-19, siempre que se sientan bien y no tengan síntomas, y la vacuna que recibieron sea una aprobada por la FDA para su uso en EE. UU.”, precisan desde la Cruz Roja. Si el donante no recuerda el nombre del fabricante, “se le pide que espere 2 semanas desde la vacunación para donar sangre”.
No es la primera vez que circulan desinformaciones de este tipo. Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, desmintió en 2021 que la Cruz Roja estadounidense prohibiese donar sangre a las personas vacunadas contra el COVID-19 “porque la vacuna destruyese completamente sus anticuerpos naturales”.
La Cruz Roja sí permite donar sangre tras vacunarse contra el COVID-19
La sangre salva vidas. Así lo indica la Cruz Roja, que destaca que todos los días las transfusiones se utilizan para “tratar a pacientes con quemaduras, que luchan contra el cáncer, durante el parto y en cirugías”. “Un suministro de sangre sólido también salva vidas durante las emergencias, lo que permite a los médicos brindar atención crítica cuando los minutos importan. A diferencia de otros medicamentos, la sangre no se puede fabricar para satisfacer la demanda”, afirma.
La propia página web de Cruz Roja de Estados Unidos recuerda desde octubre de 2023 que “no hay problema en donar sangre después de vacunarse contra la gripe, el COVID-19 o el virus respiratorio sincitial (VRS)”.
Añade que hay ocasiones en las que, tras haber recibido ciertos tipos de vacuna, se recomienda esperar unos días antes de donar sangre. Por ejemplo, tras la administración de la vacuna triple vírica contra el sarampión, rubéola y parotiditis (paperas) o la correspondiente contra la varicela, se aconseja esperar 4 semanas. Para otros, como en la vacuna contra la gripe y contra el virus del papiloma humano, no es necesario esperar para donar tras la vacunación.
En el caso de las vacunas contra el COVID-19, se acepta la sangre del donante siempre que, por un lado, la vacuna sea no replicante, inactivada o basada en ARN mensajero fabricada por AstraZeneca, Janssen/J&J, Moderna, Novavax o Pfizer y que, por otro, “que no se presenten síntomas ni fiebre”. Además, desde Cruz Roja de Estados Unidos añaden que se recomienda esperar 2 semanas si la vacuna fue de virus vivo atenuado. Sin embargo, a marzo de 2024, en Estados Unidos no existen vacunas de este tipo aprobadas contra el COVID-19.
Por su parte, la FDA, encargada del control de medicamentos, permite donar sangre sin período de espera después de recibir una vacuna contra el COVID-19 “siempre que la persona se encuentre bien, no presente síntomas y que la vacuna que haya recibido esté aprobada por la FDA para su uso en Estados Unidos”. A los vacunados recientemente contra el COVID-19, “se les pide que faciliten el nombre del fabricante para garantizar que se trata de una vacuna aprobada por la FDA” y, si el donante no recuerda el nombre del fabricante, “se le pide que espere 2 semanas desde su vacunación para donar sangre”, aclara la Cruz Roja de Estados Unidos a Maldita.es.
Para algunas vacunas, destaca la Cruz Roja de Estados Unidos, la FDA exige tiempos de espera variables para donar sangre en función de la vacuna. Esto incluye tiempos de espera que pueden variar de 2 a 4 semanas para una serie de vacunas que incluyen, entre otras, el sarampión, las paperas y la rubéola, la varicela, el herpes zóster, la poliomielitis, la fiebre amarilla y la hepatitis B.
¿Por qué se recomienda esperar para donar sangre tras recibir determinadas vacunas?
Por norma general y salvo sensación de malestar de la persona donante, no es necesario esperar un número determinado de días o semanas para donar sangre después de haber recibido una vacuna. Sólo se recomienda en los casos en los que el fármaco utilice para funcionar virus vivos atenuados.
Noelia Casares, investigadora del programa de Inmunología e Inmunoterapia de la Clínica Universidad de Navarra, explicó a Maldita.es que las vacunas de virus vivos atenuados no van a producir la enfermedad en la persona que la recibe. Lo que va a conseguir el fármaco es “‘engañar’ al sistema inmunitario [haciéndole creer que el virus vivo ha entrado al cuerpo] para que se desarrolle una respuesta de células y anticuerpos que lo neutralizarán en el caso de que, posteriormente, el virus sí ‘entre’ en el organismo, es decir, si de verdad consigue infectarnos”.
Por un lado, para conseguir esta respuesta celular y humoral (relacionada con los anticuerpos), el sistema inmunitario necesita tiempo. Por otro, hay que tener en cuenta la salud de la persona que va a recibir la sangre donada, probablemente debilitada, de ahí la recomendación de ese tiempo de espera.
“El motivo es que, aunque con muy poca probabilidad, podría haber una viremia (presencia de virus en la sangre). Si la persona que va a recibir la sangre presenta cualquier problema (haber estado tomando cierta medicación o haber tenido cualquier tipo de infección que pueda haber debilitado al organismo y al sistema inmunitario), recibir sangre de una persona recién vacunada con fármacos con virus atenuados, podría afectarle un poco más. Luego, la sensación y los síntomas van a desaparecer”, explica Forcada.
“Esto ocurriría en casos muy extremos pero, por norma general y para evitar esa recreación de una viremia [presencia de virus en la sangre] que pudiera afectar también a la sangre, lo conveniente es esperar ese plazo, hasta que el antígeno viral que hace que se produzcan los anticuerpos desaparezca”, añade.
“Si yo dono sangre antes, puede que, si la persona que recibe la sangre está débil, el virus atenuado genere una patología (recordemos que si se necesita una transfusión es por algo) y, además, no se dispondrá de los anticuerpos buscados antes de esos 14 días”, concluye Casares.
De aprobarse las vacunas atenuadas contra el COVID-19, se deberá esperar 2 semanas para donar sangre
En las vacunas atenuadas, para generar inmunidad se utilizan los virus patógenos que causan la enfermedad a evitar u otros considerados similares y se mantienen activos, pero debilitados. Por ahora no se ha aprobado ninguna vacuna de este tipo contra el COVID-19.
Actualmente, sin embargo, sí existen ensayos clínicos en marcha que buscan aprobar este tipo de vacuna. Una de sus posibles ventajas es que podría aplicarse inspirando por la nariz, generando inmunidad en esas mucosas del sistema respiratorio. Al ser este el primer lugar en el que se replica el virus, esta técnica reduciría la capacidad del patógeno de infectar, según los primeros resultados en animales de laboratorio.
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