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Cuidado con el mewing, una supuesta técnica para ensanchar la mandíbula

El mewing consiste en repetir una serie de ejercicios, como masticar con la lengua presionando el paladar o dormir con una cinta colocada en la boca.
Factchequado
El mewing consiste en repetir una serie de ejercicios, como masticar con la lengua presionando el paladar o dormir con una cinta colocada en la boca.

Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:

  • Circulan videos en TikTok de usuarios haciendo mewing, una técnica sin evidencias científicas que promete mejorar el aspecto de tu cara sin cirugías.
  • El mewing consiste en repetir una serie de ejercicios, como masticar con la lengua presionando el paladar o dormir con una cinta colocada en la boca.
  • Varios expertos aseguran que no es eficaz y que puede provocar o agravar problemas en el paciente, incluso llegando a desplazar los dientes.

“Lo siento, no puedo hablar. Estoy haciendo mewing”. Esta supuesta técnica que promete alinear los dientes, marcar los pómulos y la mandíbula e, incluso, enderezar tu nariz de forma natural y sin cirugías, se ha viralizado en TikTok llegando incluso al mundo del deporte. Consiste en repetir una serie de ejercicios, como masticar mientras se presiona el paladar con la lengua o colocar una cinta en la boca al dormir para evitar abrirla. Varios expertos aseguran que el mewing no es eficaz y que realizarlo de forma continuada puede provocar o agravar problemas del paciente, incluso llegando a desplazar los dientes.

El ortodoncista John Mew creó este supuesto método en los años 70

John Mew fue el fundador de Orthotropics, una propuesta que se vende como tratamiento para descomprimir los músculos faciales, ensanchar el paladar, alinear los dientes de forma natural, aumentar las vías respiratorias, realzar los pómulos y equilibrar los tercios medios de la cara, “aportando más armonía”. Fueron estos los supuestos beneficios con los que Mew creó, en los años 70, el mewing: una propuesta de entrenamiento de postura oral que puede hacer el usuario sin necesidad de utensilios para conseguir “beneficios”, como un rostro simétrico.

La mayor parte de estos ejercicios consiste en colocar la lengua en el paladar, de forma recurrente hasta que lo adoptemos como “nuestra nueva postura facial”. Según explica el hijo de John Mew, Michael Mew (también ortodoncista que practica y promueve la idea de los orthotropics y el mewing) en su canal de YouTube, “al terminar de hablar con una persona la lengua tiene que golpear la parte superior del paladar”. Algo que recomienda hacer durante, al menos, 8 horas diarias.

La eficacia de estas técnicas, que se venden como una “alternativa a la ortodoncia sin extracciones ni cirugía facial”, se trata de sustentar y demostrar a través de imágenes que muestran el antes y el después del pseudotratamiento en menores. Según explica la página web John Mew Orthotropics, las caras de algunos niños crecen verticalmente (crecimiento que se asocia con labios gruesos, mentón retraído, nariz prominente, frente inclinada y ojos cansados) a causa de “posturas en las que se mantiene la boca abierta o ciertos hábitos linguales” y aseguran que es posible convertir el crecimiento vertical en horizontal “entrenando a los niños para que cambien estos hábitos”.

El mewing no es un tratamiento alternativo a la ortodoncia

La Asociación Americana de Ortodoncistas (AAO) afirmó que la evidencia científica sobre el mewing es muy escasa. Según el organismo, en la estructura facial, influye “una compleja interacción de genética, crecimiento óseo y desarrollo muscular”.

Simplemente cambiar la ubicación de la lengua no es suficiente para corregir de forma mágica los dientes desalineados, remodelar la línea de la mandíbula y evitar la necesidad de un tratamiento de ortodoncia”, señaló.

Varios expertos también aseguran que el mewing no es eficaz y que ni siquiera practicándolo de forma continuada se consigue modificar la forma de la mandíbula o el resto de resultados que prometen tanto sus creadores como las personas que lo practican.

“Aunque el mewing se promociona como una solución milagrosa para diversos problemas estéticos y de salud, la falta de evidencia científica y las contradicciones en las afirmaciones de sus promotores constatan su falta de efectividad”, explicó Simón Pardiñas, dentista y divulgador, a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.

No hay evidencias de que ejercitar la lengua consiga los resultados que promete el mewing (cambiar la estructura de la cara). “La hipertrofia de los músculos de la lengua no afectará a la apariencia exterior”, aseguró Pardiñas. Para que lo hiciese, habría que desarrollar los músculos que utilizamos para masticar: el temporal y el masetero. Es habitual, según explica el experto, que este último músculo esté más marcado e hipertrofiado en el caso de las personas bruxistas o apretadoras.

“Pero, para poder expandir el paladar en adultos, tal y como predica el mewing, se necesitan intervenciones como la ortodoncia, la cirugía ortognática o cirugía estética”, aseguró Pardiñas.

Según explicó el experto, para expandir el paladar en adultos (como garantiza el mewing) se utilizan técnicas quirúrgicas concretas: en la conocida como MARPE (Expansión Rápida del Paladar Asistida por Mini-Implantes), se ancla en la parte ósea del paladar un dispositivo que permite ensanchar el maxilar superior; en la SARPE (Separación Asistida Quirúrgicamente del Paladar), este mismo dispositivo se ancla en los dientes.

El tratamiento adecuado, eso sí, puede variar mucho en función de las características y necesidades del paciente. “Lo más importante es realizar un diagnóstico craneofacial completo” para disponer de “un estudio y un informe del estado de boca, dientes, huesos, articulaciones y la relación entre todas ellas”, explicó Pardiñas. En base a esos resultados se configura un tratamiento personalizado.

Realizar esta técnica de forma habitual podría provocar o agravar problemas en el paciente

Además de no ser eficaces, estos ejercicios linguales pueden suponer consecuencias negativas en quienes los practican. “Es irresponsable divulgar por internet ejercicios o tratamientos sin saber las características del paciente”, afirmó Pardiñas y añadió que practicar mewing de forma continuada, “además de no conseguir los objetivos que prometen, podría provocar o agravar los problemas de base del paciente por un sobreestímulo de musculatura y articulación”.

El motivo es que la articulación temporomandibular (la parte superior de la mandíbula y el hueso temporal del cráneo, que nos permite abrir y cerrar la boca) está en funcionamiento durante todo el día (para hablar, comer, respirar o, incluso, movimientos involuntarios durante el sueño). “Sobrecargarla con ejercicios extra podría dañarla”, advierte el experto.

Además, la presión continua de la lengua contra el paladar podría desplazar los dientes. “Estos tienen unos ligamentos que, si se presionan continuamente, son capaces de generar o reabsorber el hueso. De hecho, este es el fundamento de la ortodoncia”, explicó Pardiñas. El odontólogo Germán Santiago coincide en que el mewing puede desplazar los dientes hacia adelante. Y no sólo eso: según destacó a Maldita.es, puede incluso convertirse en un hábito incontrolable.

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