Una organización sin fines de lucro dedicada a la vivienda asequible ha hecho un llamado a las empresas del condado de Fairfield para que contribuyan económicamente al desarrollo de más viviendas para la fuerza laboral de la región.
Connecticut Housing Partners lanzó un fondo de impacto destinado al desarrollo de viviendas para la fuerza laboral que permitirá que inquilinos con ingresos bajos puedan vivir cómodamente en la comunidad en la que trabajan.
Jermaine Morgan, natural de Bridgeport, lleva una década viviendo en un apartamento asequible de South Norwalk, cuyo propietario y administrador es Connecticut Housing Partners.
Morgan afirmó que se ha beneficiado de viviendas fiables y asequibles, y desea ver que aumenten en número.
“Espero que este programa crezca y siga mejorando, y que mucha más gente lo conozca. Crea más igualdad de oportunidades para todos aquellos con ingresos bajos”, dijo Morgan.
Connecticut Housing Partners está pidiendo a los empresarios locales, especialmente a los grandes fabricantes de la zona, que contribuyan económicamente al fondo, que funcionará como un banco de tierras, según ha declarado Renée Dobos, la directora general de Connecticut Housing Partners.
“En lo que nos centramos es en la gente de nuestra comunidad, en la gente que nos provee servicios”, recalcó Dobos. “Cuando vamos a ver al farmacéutico, cuando vamos a cortarnos el cabello, cuando nos arreglan las uñas. A ellos nos referimos, todas las personas con las que interactuamos a diario”.
Dobos también resalta que el fondo destinado a la vivienda para la fuerza laboral permitirá a Connecticut Housing Partners adquirir terrenos tan pronto estén disponibles y construir nuevas viviendas asequibles o rehabilitar los edificios existentes.
“Necesito que todas las organizaciones empresariales me ayuden con esto, porque el estado no puede hacerlo por sí solo”, dijo Dobos. “Tenemos que hacerlo todos juntos, y hay muchas grandes empresas allá afuera que disponen de muchos recursos que se pueden aprovechar para generar un impacto real”.
Aunque el programa está en sus primeras fases, Dobos espera recaudar $5 millones para poner en marcha el fondo durante el próximo año.
La vivienda para la fuerza laboral consiste en la provisión de casas o apartamentos asequibles para residentes cuyos ingresos están entre el 60% y el 120% del ingreso promedio del área (AMI), explicó Dobos. Permite a los empleados pagar un alquiler en la comunidad donde trabajan.
Según los defensores de la vivienda, el costo suele ser un obstáculo para la construcción de nuevas viviendas asequibles.
Al estado le faltan más de 90,000 unidades asequibles, según la Asociación para Comunidades Fuertes de Connecticut (“Connecticut Partnership for Strong Communities”).
El ingreso promedio por hogar en el condado de Fairfield es alrededor de $100,000, según los datos del Censo federal para el año 2021. En todo el estado, el ingreso promedio por hogar apenas supera los $88,000.
“Siempre es más fácil buscar quién es el culpable, pero creo que todos contribuimos a la situación”, afirmó Morgan.