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Un hombre camina por las calles de New Haven para llevar atención médica a pacientes sin hogar

El enfermero Phil Costello saca su cubo de suministros médicos antes de atender a una persona sin hogar en el vecindario de Hill en New Haven. Su equipo de medicina callejera de Cornell Scott-Hill Health Center busca, a menudo a través de boca a boca, lugares donde viven personas sin hogar para ofrecer atención médica, visitas y acceso a otros recursos.
Ryan Caron King
/
Connecticut Public
El enfermero Phil Costello saca su cubo de suministros médicos antes de atender a una persona sin hogar en el vecindario de Hill en New Haven. Su equipo de medicina callejera de Cornell Scott-Hill Health Center busca, a menudo a través de boca a boca, lugares donde viven personas sin hogar para ofrecer atención médica, visitas y acceso a otros recursos.

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Phil Costello se sentó al volante de su camioneta con los ojos bien abiertos para ver si alguien necesitaba ayuda médica.

Mientras su camioneta se detenía en una carretera a aproximadamente una milla al oeste de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, delineó su plan. “Vamos a buscar a algunos pacientes que estén mendigando en la calle”, dijo.

Costello, un exingeniero automotriz, dijo que encontró su vocación hace 12 años cuando se convirtió en enfermero registrado de práctica avanzada.

Desde entonces, ha tratado a miles de personas sin hogar en Cornell Scott-Hill Health Center, una clínica de salud comunitaria, donde es el director clínico de atención a personas sin hogar.

Hace diez años, creó la unidad de medicina callejera de la organización, que brinda atención médica a las personas que viven en las calles. Cada semana, Costello y su equipo visitan a las personas que se encuentran en toldos ubicados más allá de los terraplenes o pasan por hiedra venenosa y la maleza que crece en las aceras para diagnosticar y tratar a las personas sin hogar y recetarles medicamentos.

Para Costello, la camioneta se ha convertido en un tipo de oficina móvil.

“Digamos que alguien estaba experimentando dificultades y no tenía toallas sanitarias, o necesitábamos darle un lavado quirúrgico para eliminar un potencial SARM [Staphylococcus aureus resistente a la meticilina] en su piel”, dijo.

Normalmente, estos servicios están fuera del alcance de los pacientes sin hogar.

“Pero con nuestro programa, el farmacéutico lo cargará a una cuenta que tenemos”, comentó. “Luego, podemos ir y poner eso en nuestra cuenta para personas sin hogar que es parte de nuestros fondos en Cornell”.

Un puente hacia el cuidado

Cada semana, el programa de Costello atiende a unas 125 personas. Según Costello, las cifras están aumentando, impulsadas por el aumento del costo de la vivienda en New Haven y la epidemia actual de opioides.

Costello detuvo la camioneta a un lado de la carretera y, tras una corta caminata, llegó a William Vicenzi, quien estaba mendigando en una intersección concurrida.

Dijo que Vicenzi llegó a este lugar después de asistir a rehabilitación debido a un trastorno por uso de sustancias, donde recibió tratamiento asistido con medicamentos.

Y ahora, confiaba que Costello lo ayudara con medicamentos psiquiátricos. Vicenzi dijo que su médico cerró su clínica en New Haven y se mudó a Milford.

El enfermero Phil Costello (izquierda) se comunica con William Vicenzi (derecha) mientras mendiga en una intersección concurrida en New Haven. El programa de medicina callejera de Costello brinda tratamiento médico a personas sin hogar en New Haven varios días a la semana. Vicenzi comentó que, aunque “a nadie realmente le importa la gente de la calle”, Costello y su equipo lo tratan con dignidad y respeto.
Ryan Caron King
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El enfermero Phil Costello (izquierda) se comunica con William Vicenzi (derecha) mientras mendiga en una intersección concurrida en New Haven. El programa de medicina callejera de Costello brinda tratamiento médico a personas sin hogar en New Haven varios días a la semana. Vicenzi comentó que, aunque “a nadie realmente le importa la gente de la calle”, Costello y su equipo lo tratan con dignidad y respeto.

“No conozco Milford lo suficiente como para llegar a su localidad en autobús", dijo. “Me quedan un par de semanas antes de ver a un nuevo psiquiatra. Así que solo necesito lo que llaman medicamento puente para aguantar hasta la próxima visita”.

Fue Costello quien puso en contacto a Vicenzi con el nuevo psiquiatra. En ese momento, repasó los síntomas de Vicenzi y se ofreció a escribir una receta para el medicamento puente.

Vicenzi dijo que lo recogería de inmediato en un Walgreens cercano.

“Ya los encargó”, dijo Vicenzi. “Él es bueno. Es el mejor”.

Costello dijo que este proceso rápido y sencillo era fundamental para el bienestar de Vicenzi.

“No es bueno suspender de repente muchos de los medicamentos psiquiátricos”, dijo Costello. “Su salud mental podría empeorar. Pueden tener efectos secundarios bastante perjudiciales y algunos de ellos incluso pueden ser mortales”.

Empatía sin juicios

Al volverse hacia la camioneta, un joven sin hogar se acercó a Costello. Dijo que había una mujer sin hogar que necesitaba ayuda médica a unas calles de distancia.

Caminando de regreso, Costello exclamó con alegría lo bien que creía que le iba al joven. “Hace unos seis meses, heredó un perro de otra persona sin hogar, y se nota lo mucho que lo ama y lo beneficioso que ha sido para su bienestar”, dijo.

La empatía sin juicios y la compasión por quienes luchan contra el trastorno por uso de sustancias son clave en el trabajo de Costello.

Costello comentó que aprendió este enfoque de atención médica mientras trabaja con el Dr. Jim O’Connell, quien trata a personas sin hogar en Boston. El Boston Health Care for the Homeless Program de O'Connell es un modelo nacional de cómo se proporciona atención médica a las personas sin hogar.

“Me preparé con él”, dijo Costello. “Él me ayudó”.

“No queremos que regrese a su corazón”

Poco después, Costello llegó a la calle donde se creía que vivía la mujer con heridas. Se enteró por un grupo de personas sin hogar que ella estaba en el porche trasero de un buen samaritano.

La mujer salió a la acera.

Tenía heridas bastante rojas por todas partes: en la cara, los brazos, las piernas.

Costello abrió su mochila, repleta de hisopos y herramientas para tratar heridas.

"Un EpiPen, una inyección de glucagón, algunos antibióticos que pueda inyectar, algo de Toradol para el dolor que pueda inyectar", explicó, mientras buscaba en la mochila.

La mujer, que pidió no ser identificada porque estaba escondida, contó que había sido tratada por endocarditis, una inflamación del corazón. Ella se sentó con Costello en la acera y los dos hablaron.

Más tarde, Costello dijo que la inflamación cardiaca acompañada de heridas crónicas y supurantes es una mala combinación. Según él, todavía había una infección en el cuerpo de la mujer.

Con su camioneta estacionada a un lado de una calle de New Haven, Phil Costello prepara suministros médicos junto a Kayann Dwyer y Gleimi Flores antes de tratar las heridas de una mujer sin hogar. Se habían enterado de que la mujer necesitaba atención médica al principio de su turno, cuando estaban ayudando a un hombre sin hogar en otra parte de la ciudad.
Ryan Caron King
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Con su camioneta estacionada a un lado de una calle de New Haven, Phil Costello prepara suministros médicos junto a Kayann Dwyer y Gleimi Flores antes de tratar las heridas de una mujer sin hogar. Se habían enterado de que la mujer necesitaba atención médica al principio de su turno, cuando estaban ayudando a un hombre sin hogar en otra parte de la ciudad.

“Nos estamos asegurando de que tenga los antibióticos que necesita”, dijo. “No queremos que regrese a su corazón”.

Además de los antibióticos, le dio rápidamente a la mujer vendajes limpios y desinfectantes de heridas para varios días.

Si bien las infecciones son un problema médico común entre las personas sin hogar, también lo es una mala alimentación.

Más tarde ese día, Costello se encontró con otra mujer que se hacía llamar “Verónica” y se negó a dar su apellido. Ella le mostró a Costello unas erupciones en su cuerpo y dijo que le picaban y que se estaban extendiendo.

Costello examinó las erupciones e hizo un pedido en su teléfono de pruebas de laboratorio sin costo alguno. Dijo que las erupciones cutáneas son una condición común entre las personas sin hogar.

“No están comiendo bien, no están recibiendo la nutrición adecuada”, dijo Costello. “Una de las principales cosas que sufre en tu cuerpo cuando no tienes una buena nutrición es tu piel. Te baja las defensas [y a la gente] le salen hongos, bacterias, eczemas”.

Costello [PH1] le indicó a la mujer y a su pareja dónde ir para la prueba de sangre y les aconsejó llegar más temprano en la mañana, cuando la espera es más corta.

“Gracias Dr. Phil”, dijo ella, con una sonrisa de agradecimiento.

Costello afirmó que sus pacientes sabían que no era un médico, pero así es como lo llaman con cariño, inspirados en el programa de televisión. Le ofreció unas palabras de aliento a la mujer y luego regresó a su camioneta.

Está listo para la próxima parada, donde lo esperan sus pacientes.

Sujata Srinivasan is Connecticut Public Radio’s senior health reporter. Prior to that, she was a senior producer for Where We Live, a newsroom editor, and from 2010-2014, a business reporter for the station.

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