Solo ha habido una unidad latina segregada en la historia militar de los Estados Unidos. Aunque en el Ejército se les conoce como el Regimiento 65 de Infantería, los miembros de esa unidad llevan mucho tiempo denominándose los "Borinqueneers".
“Es una combinación de ‘Borikén’, nombre con el que los taínos nombraron a Puerto Rico, y “eers” que proviene de ‘buccaneers’ bucaneros), los piratas españoles”, explica la autora oriunda de New Haven, Talia Aikens-Nuñez.
Aikens-Nuñez cuenta que se motivó a conocer sobre los Borinqueneers durante una visita navideña a la familia de su esposo.
“Mi esposo nació y se crió en Puerto Rico. Su abuelo me contó que formó parte del famoso Regimiento 65 de Infantería”, comentó Aikens-Núñez. “Me sentí muy avergonzada porque no sabía quiénes eran estos hombres”.
Esto la impulsó a investigar sobre ellos en Google. Sin embargo, notó que había muy poca información en la web y señaló que tampoco pudo encontrar un libro que detallara las hazañas del regimiento.
“Mi esposo me miró y me dijo: ‘Bueno, ¡pues supongo que te toca a ti escribirlo!’”, dijo Aikens-Nuñez.
Un momento decisivo
Una década después, en 2023, Aikens-Nuñez debutó con su libro “Men of the 65th - The Borinqueneers of the Korean War.”
A pesar de que el título hace referencia específicamente a la Guerra de Corea, Aikens-Nuñez explicó que los Borinqueneers han existido desde 1899.
“Sirvieron en la Primera Guerra Mundial [y] la Segunda Guerra Mundial”, afirmó Aikens-Nuñez, “pero verdaderamente dejaron su huella en la Guerra de Corea, donde sí combatieron”.
Aikens-Nuñez señaló que el momento decisivo de los Borinqueneers fue en la Navidad de 1950.
“Estaban en Corea del Norte, de hecho, cuando los Marines se encontraron rodeados por soldados norcoreanos y chinos. El regimiento formó entonces una retaguardia desde donde estaban los Marines hasta el puerto y dirigió la sección trasera para asegurarse de mantener a raya al enemigo. Así lograron rescatar a distintas unidades del ejército que habían participado en la Guerra de Corea”, explicó Aikens-Nuñez.
Mientras servían en Corea, los Borinqueneers obtuvieron numerosas condecoraciones, incluyendo cuatro Cruces por Servicio Distinguido, 125 Estrellas de Plata, PUC y MUC, dos PUC coreanas y la Medalla de Oro Griega por Valentía. Sin embargo, Aikens-Nuñez señaló que los Borinqueneers también tuvieron problemas con sus propios oficiales superiores.
“Hubo un par de zonas en las que perdieron terreno. Una de las notables se llama Kelly Hill. Luego de la derrota, le encargaron un nuevo comandante a la unidad, y su objetivo era ‘traer disciplina’, así que ordenó a todos los hombres que se afeitaran el bigote y la barba hasta que, según él, pudieran demostrar su hombría. También les eliminó el nombre, Borinqueneers”, dijo Aikens-Nuñez.
El esfuerzo del comandante fue aún más allá, tratando de despojar la identidad única de los miembros del regimiento.
“Les quitó las raciones de arroz y habichuelas, lo cual era un detalle que el Ejército les ofrecía a los soldados para que recordaran sus hogares.”
Enfrentando una doble moral
Aikens-Núñez comentó que las cosas fueron de mal en peor en la posterior batalla de Jackson Heights.
“Era esencialmente una roca impenetrable, por lo que no podían atrincherarse, y estaban demasiado lejos de la resistencia principal para recibir apoyo aéreo. Así que día tras día siguieron luchando en esta colina, y perdieron muchos, muchos, muchos hombres. Llegó a tal punto que algunos de los hombres se negaron a luchar, por lo que fueron llevados ante una corte marcial, la más grande de la guerra de Corea”.
Tras la debacle de Jackson Heights, 91 miembros del regimiento fueron llevados ante una corte marcial y sentenciados a prisión. Sin embargo, el Secretario de Defensa los indultó un año después luego de una protesta pública y adjudicó a la falta de liderazgo y al racismo el mal trato que recibieron los Borinqueneers.
Aikens-Nuñez explicó que la doble moral que enfrentaba el regimiento fue evidente luego de que se produjera una situación poco después la infame batalla de Jackson Heights.
“Al poco tiempo de que ellos [los Borinqueneers] se negaran a luchar, una unidad de hombres blancos también se negó a luchar. Sin embargo, no los llevaron ante una corte marcial”.
Conozca más
Vea a la autora Talia Aikens-Nuñez hablar en el Museo de New Haven sobre su libro “Men of the 65th: The Borninqueneers of the Korean War” en YouTube.