En 2002, cientos de personas del pueblo colombiano de Bellavista, en el municipio de Bojayá, huyeron cuando las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) atacaron el área para tomar el control de un río de interés estratégico. Este grupo rebelde ha estado involucrado en un conflicto armado desde la década de 1960, lo que lo convierte en la guerrilla más antigua de América Latina.
El ataque de 2002 se conoció posteriormente como la masacre de Bojayá, en la que una bomba de las FARC cayó sobre una iglesia, matando a más de 80 civiles.
Dos años después, el dramaturgo Felipe Vergara visitó la comunidad de Bojayá para realizar trabajo comunitario y, tras pasar varios años allí, escribió la obra “Kilele: Una Epopeya Artesanal”.
Juliana Morales Carreño, estudiante colombiana en Yale, es la directora de la producción de la obra que se presentará este enero a través de la Escuela de Drama David Geffen.
“Hay un momento en la obra en el que uno de los personajes comienza a recitar una lista muy larga de ciudades de todo el mundo y de la historia que han sufrido masacres en contextos de guerra. Hay ciudades mitológicas, como Troya, y ciudades reales en todas partes, muchas de ellas en Colombia, pero también en todo el mundo”, señaló Morales Carreño.
Esta escena resonó profundamente en Morales Carreño, quien expresó que le hizo reflexionar sobre los tiempos difíciles que enfrenta el mundo en la actualidad, como la guerra en Gaza y los conflictos políticos en Estados Unidos.
El arte como resistencia y registro histórico
Al explorar la historia real de la masacre de Bojayá a través del realismo mágico, Morales Carreño expresó que la obra ilumina la importancia de encontrar fortaleza en la comunidad en tiempos difíciles.
El protagonista de la obra, Viajero, es un campesino desplazado por una guerra entre dioses en Colombia. El espíritu del río Atrato le pide a Viajero que regrese a su pueblo natal, hogar de una gran comunidad afrocolombiana, para ayudar a las almas de las víctimas de la masacre que no recibieron un ritual funerario adecuado.
“Las comunidades negras del Pacífico tienen rituales funerarios muy específicos y complejos que duran aproximadamente un año”, explicó Morales Carreño. “Debido a la masacre y la guerra, las personas que murieron en el ataque no pudieron recibir los actos fúnebres adecuados. Fueron enterradas en una fosa común”.
Por medio del personaje de Viajero y su misión en la historia ficticia, Morales Carreño considera que la obra rinde homenaje a la comunidad de Bojayá y a quienes fallecieron en el ataque del grupo guerrillero.
Varios años después de la masacre, “en realidad era muy peligroso hablar sobre el tema,” comentó Morales Carreño, debido a posibles represalias de los bandos enfrentados en el conflicto colombiano. “La obra se escribió como una herramienta de memoria temprana, para que el país escuchara esta historia.”
Destacando conexiones globales
Traer esta obra a New Haven permitirá que aquellas personas que nunca habían escuchado del conflicto en Colombia aprendan del mismo, indicó Francisco Morandi Zerpa, uno de los actores.
“Es una historia que yo realmente no conocía a profundidad. Así que es emocionante para mí, para la gente... incluso si solo unas pocas personas llegan a sus casas y buscan en Google sobre esto, entenderán que esta masacre desencadenó una serie de eventos políticos y resistencia por parte de los sobrevivientes”, señaló Morandi Zerpa.
Para Morales Carreño, también es importante que el público tome conciencia de cómo la lucha en un país como Colombia se inserta en un contexto global.
“La mayoría de las personas aquí no están conscientes de la fuerte influencia que tiene Estados Unidos en las políticas e historias de muchos países. Creo que eso también es algo muy importante para mí”, expresó.
Según Human Rights Watch, EE. UU. ofreció millones de dólares en ayuda financiera a Colombia, fondos que se utilizaron para adquirir equipos que ayudaron en la investigación de la masacre de Bojayá.
Ese tipo de lazos globales son un recordatorio de cómo la solidaridad comunitaria se puede hacer sentir por todo el mundo, comentó Morales Carreño.
Finalmente, Morales Carreño espera que el público aprenda cómo una comunidad puede encontrar fortaleza y resiliencia en tiempos difíciles.
“Creo que tenemos esta idea de comunidad, de que todo es mágico, hermoso y divertido, pero en realidad, para crear una comunidad real, necesitas ser desafiado por ella”, concluyó.
La producción se presentará desde el sábado 25 de enero hasta el viernes 31 de enero en el University Theatre de Yale.