Connecticut clasificó como el noveno estado con mejor bienestar infantil en general al descender del séptimo lugar que ocupaba el año pasado, según el informe de la Fundación Annie E. Casey, una organización sin ánimo de lucro que aboga por el bienestar infantil.
El informe hace hincapié en la gran necesidad de servicios asequibles de cuidado en la niñez temprana. Señala además que la falta de estos servicios ha afectado a los padres al causar que falten a sus empleos con frecuencia o que renuncien.
Las mujeres son de cinco a ocho veces más susceptibles que los hombres a sufrir consecuencias laborales negativas por la falta de servicios de cuidado infantil confiables. El costo promedio de matrícula en un centro de cuidado infantil en Connecticut es de $18,000.
Emily Byrne, directora ejecutiva de la organización Connecticut Voices for Children, explica que muchos niños son excluidos por razones socioeconómicas y el índice invariable de pobreza del estado.
“Para hacer de Connecticut un estado que apoye a las familias, es importante conectar a los padres y madres con empleos bien remunerados, viviendas asequibles y apoyo financiero para que puedan cubrir los altos costos de la crianza, en particular los costos de los servicios de cuidado infantil”, dijo Byrne.
Byrne entiende que un crédito tributario por hijos a nivel estatal les devolvería dinero a las familias trabajadoras y ayudaría a estos padres a costear un servicio de cuidado infantil de calidad.
Muchos trabajadores de cuidado infantil apenas ganan lo suficiente para sustentarse. En 2022, el salario promedio de los cuidadores de niños a nivel nacional era de $28,000 al año, alrededor de $13 por hora. Esto cae justo debajo del salario mínimo de Connecticut.
“Contar con un buen sistema de servicios de cuidado infantil es esencial para que nuestra niñez pueda florecer y para que nuestra economía prospere. Pero el modelo actual le falla a los niños, a sus padres y a los trabajadores en todas sus facetas”, comentó Lisa Hamilton, presidenta y CEO de la Fundación Annie E. Casey, en un comunicado. “Sin un servicio seguro de cuidado infantil que puedan costear, los padres trabajadores afrontan decisiones difíciles que no solo afectan a sus familias, sino también a sus patronos”.
Según Hamilton, la transición a un sistema de servicios de cuidado infantil eficiente requerirá inversión a nivel local, estatal y nacional. En abril, el Presidente Biden firmó una orden ejecutiva sobre la educación en la niñez temprana que busca aumentar el acceso, bajar los costos y subir los salarios de los cuidadores.