Estados Unidos está experimentando una grave escasez de más de doscientos medicamentos, incluidos el albuterol para el asma, el cloruro sódico (una solución salina intravenosa) y los medicamentos genéricos a base de platino cisplatino y carboplatino para el cáncer.
“[Mi amiga] comenzó su tratamiento de quimioterapia con [una] dosis de carboplatino y cuando llegó al lugar, le dijeron que se había acabado”, contó Glenna DeJong de Saugatuck, Michigan, quien ha estado llamando a senadores en nombre de su amiga que padece cáncer de ovario.
Alison Rash, de Nebraska, está recibiendo tratamiento con un fármaco genérico llamado fluorouracilo (5-FU) para combatir el cáncer de seno.
“Cuando llegué a mi quimioterapia hace un par de semanas, mi oncólogo me pidió mover el día de mi terapia para que otros pacientes pudieran usar la misma ampolla”, Rash relató.
Los fármacos genéricos de bajo costo han escaseado por años en todos los estados. Pero ahora la situación ha llegado a un punto crítico porque “estos fármacos son muy difíciles de fabricar. No generan mucho margen ni ganancias”, explicó Robert Louie, vicepresidente de RemedyOne, una empresa de ahorros para consumidores en los costos de salud.
Louie indicó que las compañías farmacéuticas estadounidenses abandonaron la fabricación de fármacos genéricos para quimioterapia, por lo que los suministros llegan mayormente de unos pocos fabricantes en el extranjero, incluido Intas Pharmaceuticals en India, que suspendió su importación a EE.UU. debido a problemas de calidad.
El Dr. Dinesh Kapur, oncólogo en Eastern Connecticut Hematology and Oncology Associates [ECHO], en Norwich, indicó que las infusiones de quimioterapia cuestan unas tres veces menos en clínicas como la suya que en los hospitales, por lo que ha hecho esfuerzos para no remitir a sus pacientes a un hospital, aunque otros oncólogos se han visto en la obligación de hacerlo.
Kapur sostiene una ampolla que acaba de recibir de un proveedor en China. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. ha entablado una colaboración con la compañía Qilu Pharmaceutical Co., con sede en China, para permitir la importación provisional de fármacos contra el cáncer.
“Así que por un medicamento que antes costaba $30, ahora los proveedores están cobrando $279”, explicó.
Pero Medicare ha continuado pagándole la tarifa antigua a su consulta. Kapur aseguró que está dispuesto a aceptar la reducción siempre y cuando pueda seguir abasteciéndose.
Según el Dr. Roy Herbst, en el Smilow Cancer Hospital de Yale las buenas nuevas son que están bien abastecidos por ahora.
Herbst añadió que esto no significa que la escasez de suministros sea menos preocupante a mediano y largo plazo.
“De hecho, reservamos estos fármacos para los tumores más críticos”, abundó. “Así que si el tratamiento contra el cáncer de un paciente permite sustituir uno de estos fármacos que están escaseando, como el cisplatino por ejemplo, por algún otro, lo haremos. Siempre que sea posible, elegimos tratamientos alternativos”.
El Dr. Peter Yu, médico jefe en Hartford HealthCare Cancer Institute, también afirmó que su equipo está abastecido por ahora. No obstante, tienen un comité que está investigando cómo lograr que los médicos hagan rendir estos tratamientos o administren “dosis levemente menores si existe evidencia de que esto no hará daño al paciente”.