Verónica Montalvo nació en Willimantic y ha vivo en Hartford, Middletown, Waterbury, y, ahora vive en San Juan. Se mudó para allá a principios del año. Y aguantó al Huracán María en su departamento de un edificio de 300 años. Dijo que las horas de vientos huracanados fueron insoportables. Las paredes de su departamento estaban tan mojadas que parecía que lloraban. Parte de su techo cedió.
Read this story in English. / Lea esta historia en inglés.
Y ahora, las secuelas.
La energía eléctrica es limitada, las comunicaciones son limitadas y los alimentos son limitados. Y también lo es la paciencia de Montalvo. Ella dice que es "pata caliente". De pies calientes. "Es esa sensación de que tiene que salir y hacer algo".
"Sabes, un día simplemente decidí hacer un viaje al sur para ver cómo estaban mis parientes que también son de Connecticut de los que nadie se había enterado", dijo más temprano esta semana.
La cobertura de su teléfono no era buena y tener señal no es fácil. Lo lograba en la azotea de su edificio o a un lado de la autopista. Allí era donde estaba cuando habló con WNPR.
"Cargué mi auto con cosas y con toda el agua que pude comprar, de verdad, en mi caso mi familia la necesitaba", dijo Montalvo. "La verdad es que para cuando llegué a donde estaba mi familia, ya había entregado todo a las personas".
Eso ocurrió porque ella se perdió. Así que tuvo que detenerse a preguntar direcciones a personas que no habían tenido mucho de comer ni beber. Y ese fue el principio.
"Asumí llevar una bolsa de alimentos a un amigo, y luego a un amigo y a un miembro de mi familia", dijo. "Y entonces me di cuenta de que podía hacer más".
Así que visitó más supermercados para comprar alimentos, agua y artículos de aseo personal. Luego subía a su auto y conducía hasta donde podía hacerlo de manera segura, para ayudar a quien pudiera. Pero eso no es todo. Utilizando su celular, también registra videos cortos de las personas que se encontraba. Cada vez que regresa a San Juan y a la señal de celular, publica lo que puede en línea. Aparecen las personas identificándose a sí mismas, diciendo dónde viven y contando a sus familiares que están bien.
En uno de sus viajes, se fue en busca de Milly Rodríguez, la tía de su mejor amiga Karla.
"Milly es la tía de una de mis mejores amigas de Waterbury y ella me pidió que tratara de encontrarla", dijo Montalvo. "Y realmente me tocaron ella y sus hijos, su fuerza, su ánimo".
Luego que pasó la tormenta, Puerto Rico estaba bajo un toque de queda nocturno. Eso también, puso a prueba la paciencia de Montalvo y la de sus vecinos de San Juan.
"Simplemente estás en aislamiento. No ocurren muchas cosas. No tienes mucha comunicación. Insisto, te pone un poco loco", dijo Montalvo. "Así que en San Juan, esa era uno de las plazas más cercanas a mi departamento, ellos programaron una celebración de 10 días de toque de queda, supongo que podría llamarse así. Hicieron salir a una banda, pequeña, sabes, y básicamente todos celebramos".
"Mi corazón es cálido y cada vez estoy más y más orgullosa de ser puertorriqueña", dijo. "Observo a las personas ayudarse unas a otras desde que inició esto. Exprimiendo toallas. Barriendo para sacar el agua. A donde quiera que vas hay personas, comunidades ayudándose unas a otras. Los vecinos ayudándose unos a otros. Es algo hermoso. Creo que tiene eco en nuestra comunidad, la fortaleza y la entereza y el ánimo".
Esta historia es parte de “The Island Next Door,” el proyecto de información de WNPR sobre Puerto Rico y Connecticut, después del Huracán María.