El Gobernador Ned Lamont anunció que la emergencia de salud pública por COVID-19 en Connecticut se dará por terminada el jueves 11 de mayo, el mismo día en que caduca la emergencia de salud pública federal.
El anunció se realizó el miércoles en el Hospital Yale-New Haven, en un momento en que las hospitalizaciones por COVID-19 en Connecticut se encuentran en su punto más bajo desde el verano de 2021. Las muertes relacionadas con el virus también se redujeron en más del 80% en todo el país, en comparación con el apogeo de la oleada de Ómicron a finales de enero de 2022.
Las autoridades indicaron que, si bien ahora el virus se encuentra en etapa endémica, el COVID-19 se debe continuar controlando.
La Dra. Manisha Juthani, comisionada del Departamento de Salud Pública del estado, dijo que el departamento comenzará a dar seguimiento a los datos del COVID-19 por temporadas, al igual que lo hace con la gripe. El departamento continuará publicando directrices con respecto a las vacunas, los refuerzos y el uso de mascarillas, pero lo hará por temporadas.
El estado seguirá inspeccionando las aguas residuales para detectar nuevas cepas de COVID.
“Nos encontramos en un momento en que el COVID es parte de nuestra sociedad y nuestra vida cotidiana”, dijo Juthani. “El virus está entre nosotros desde hace tres años. No va a desaparecer. Tenemos que controlarlo, y espero que podamos hacerlo por temporadas”.
Las autoridades indicaron que están bien preparadas para la próxima ola de COVID o una mutación más virulenta.
“Hemos invertido para el futuro, tanto para abordar algunas de las consecuencias de la pandemia que fueron más allá del COVID como para asegurarnos de que estamos preparados”, dijo la Dra. Deidre Gifford, directora ejecutiva de la Oficina de Estrategia de Salud del estado. “Se realizaron enormes inversiones en la ventilación de nuestras escuelas y otras instalaciones de atención médica. Se invirtieron $165 millones en las escuelas”.
Recientemente, se anunció la inversión adicional de $150 millones. Además, el estado cuenta con un inventario de 30,000 tratamientos farmacológicos, entre farmacias y proveedores, así como una reserva de más de 16 millones de guantes, 9 millones de batas, 6.4 millones de mascarillas N95 y más de 9 millones de mascarillas quirúrgicas.