Los niños de Connecticut y del resto del país están expuestos a una serie de riesgos de salud provocados por el cambio climático. Así lo indica un nuevo informe de la Agencia Federal de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).
El informe ilustra cómo la salud de las futuras generaciones de niños podría verse afectada según diferentes escenarios de calentamiento global. Los investigadores analizaron uno de los problemas de salud que ya ha afectado a generaciones de niños en Connecticut: el asma.
En el escenario de calentamiento global más severo del informe, de 4 grados centígrados, comparado con los niveles preindustriales, la EPA descubrió que los niños de Connecticut podrían enfrentar las tasas más elevadas en todo el país de visitas a urgencias a causa del asma
Jeremy Martinich, coautor del informe y director de la Subdivisión de Ciencia e Impactos Climáticos de la EPA, prevé que la temporada de crecimiento y la temporada de polen serán aún más largas debido al calentamiento global. La contaminación del aire también es un factor adicional que afecta a los niños que padecen de asma, afirmó.
“Sabemos que la salud de los niños en esas partes del país como Connecticut, que hoy enfrentan problemas con la calidad del aire, será afectada aún más en el futuro por estos aumentos del polen provocados por el cambio climático”, afirmó Martinich.
Según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), Connecticut registra una de las tasas de asma infantil más altas del país. El pasado año se registraron más de 65,000 casos de asma infantil en el estado, y las comunidades de color fueron las más afectadas.
Dr. Aaron Bernstein, pediatra del Boston Children’s Hospital y director del Centro para el Clima, la Salud y el Medio Ambiente Global de Harvard, señaló que las temporadas de polen se han prolongado, lo que representa un problema para los jóvenes que padecen de asma.
“Para aquellos niños en quienes el polen actúa como desencadenante del asma —es decir, una buena parte de la población infantil asmática— es muy difícil evitar el polen. Está por todas partes”, afirma Bernstein.
Explicó además que es importante estar atentos a los pronósticos sobre el polen, cambiarse de ropa después de salir al aire libre y tomar los medicamentos adecuados para combatir los síntomas.
Según los CDC, las visitas a urgencias por ataques de asma son más frecuentes entre los niños menores de 4 años. Además, los CDC informaron que prácticamente 1 de cada 12 niños en el país padece de asma.
El informe también sostiene que los niños del noreste del país podrían experimentar más pérdidas de aprendizaje debido al aumento de las temperaturas durante el año escolar, a lo que se suma la falta de sistemas de aire acondicionado en las escuelas. Otros hallazgos revelan altas tasas de infección por la enfermedad de Lyme entre los niños del noreste, ya que los inviernos más templados contribuyen al aumento de las poblaciones de garrapatas de venado.
“Queremos crear conciencia sobre la realidad de estos riesgos a los que están expuestos los niños”, dijo Martinich, de la EPA. “[Los riesgos] serán multidimensionales y los padres, cuidadores, médicos, pediatras, todos desempeñan un papel importante a la hora de ayudar a cuidar a esta población”.
Bernstein, pediatra del Boston Children’s Hospital y quien no participó en la investigación de la EPA, afirmó que los hallazgos son cruciales.
“Nos permiten comprender lo mucho que nos beneficiaríamos si echamos de lado los combustibles fósiles y reducimos las emisiones lo antes posible”, afirmó.
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) advierte que las emisiones globales de gases de efecto invernadero deben reducirse casi a la mitad para limitar el calentamiento a unos 1.5 grados centígrados y evitar que se produzcan fenómenos climáticos más intensos.